Nuestra metodología

El IDEPE

Para los niños, adolescentes y jóvenes, Swissocial ha desarrollado la metodología del Índice de Desarrollo Personal y Educativo (IDEPE), de la que tiene los derechos de autor.

En función de los rangos de edades, Swissocial ha escogido un conjunto de indicadores que cubren los cuatro elementos de la matriz, y que están adaptados a las diversas realidades de los niños, adolescentes y jóvenes respectivamente. Los rangos de edades a los que se aplican cada índice pueden variar según los países y culturas.

IDEPE #1

Índice de Desarrollo Personal y Educativo

Exclusivo para niños de 6 a 11 años
Este índice utiliza ocho indicadores y 14 subindicadores, según el esquema siguiente:
IDEPE #2

Índice de Desarrollo Personal y Educativo para adolescencia

Exclusivo para adolescentes y jóvenes
Tanto para los adolescentes como para los jóvenes, se emplean ocho indicadores y 15 subindicadores, según el esquema siguiente:

¿Cuáles son las diferencias entre ambos?

Más información sobre las metodologías IDEPE #1 y #2
Aunque los indicadores utilizados para los adolescentes y jóvenes son los mismos, los cuestionarios para recoger la información contienen algunas preguntas distintas, adaptadas a las diferentes realidades sociales y de desarrollo humano de estos dos grupos.

Para cuantificar cada uno de los indicadores, el IDEPE utiliza una escala de 0 a 100. Esto permite situar a los beneficiarios en un punto de esta escala en cada una de las evaluaciones (línea de base y ex-post).
Las escalas de los indicadores se adaptan a las edades de los beneficiarios, en las que “0” representa la falta absoluta, y “100” las condiciones/comportamiento perfecto. De esta manera, el valor obtenido de cada indicador se refiere a un máximo absoluto (no en el lugar donde se realiza la evaluación, sino al máximo posible), y permite comparar tanto la evolución de los beneficiarios, como la de varios proyectos entre sí.
Las escalas de los indicadores se adaptan a las edades de los beneficiarios, en las que “0” representa la falta absoluta, y “100” las condiciones/comportamiento perfecto. De esta manera, el valor obtenido de cada indicador se refiere a un máximo absoluto (no en el lugar donde se realiza la evaluación, sino al máximo posible), y permite comparar tanto la evolución de los beneficiarios, como la de varios proyectos entre sí.
Para atribuir estas variaciones al proyecto es necesario contar con un grupo de control, es decir, una población con características similares a las de los beneficiarios, pero que no haya participado en el proyecto. La diferencia de las variaciones de los valores de los nueve indicadores entre el grupo beneficiario y el grupo de control mide el impacto atribuible al proyecto.
Los datos se obtienen mediante observación directa, especialmente a través de un cuestionario que rellenan los beneficiarios, bajo la guía de los evaluadores. Los datos se toman a una muestra estadísticamente representativa de los beneficiarios.